Bélgica

Km 37.816

Ingresé a Bélgica en dirección Antwerpen, era pasado el mediodía y llovía como nunca, como casi todo mi camino por Holanda.

A veces, en circunstancias como éstas, me siento como un loco. La gente me mira con cara de asombro, me miran desde las ventanillas de sus autos o bajo sus paraguas, casi sin entender como puedo estar pedaleando en estas condiciones climáticas, con tanta lluvia y tanto frío. Yo sólo los miro y les sonrío, como explicándoles: “hoy es uno de esos días difíciles”. Pero también están aquellos días en que el sol brilla y la gente me observa con una sana envidia, como aquel albañil que desde lo más alto de su escalera me gritó “buen viaje” o el cartero, que haciendo su servicio se detiene frente a mi y me levanta su dedo pulgar como diciendo: “adelante”.

Con WimQue lindo que es recibir esa energía, momentos como estos son los que me cargan las pilas para seguir pedaleando. Son las memorias del camino. Mi primera parada fue en Leuven, en casa de Wim, un ciclista que había cruzado en Tallin, unos meses atrás. Y fue bueno, porque sirvió para recuperarme de tanta lluvia; recuerdo mi estado al llegar a casa de Wim: era deplorable.

Tras un par de días en Leuven, me dirigí a Bruselas, era un día de sol, pero la temperatura que marcaban los relojes a pleno mediodía era de 1º. No lo podía creer, se me congelaban las manos, pese a que tenía los guantes puestos.

Allí, en la capital también fui bien recibido, esta vez por Freija y Jeroen, un matrimonio que conocí en Dublín, y que había viajado por África en su 4×4 durante 6 meses. Inclusive ya habían publicado su libro; eran verdaderos aventureros. Pero enseguida a mi llegada Freija y Jeroen tuvieron que dejar la ciudad, entonces me dejaron con la llave de su casa, como si fuese un familiar. No es la primera vez que cosas como estas me suceden, y no dejo de sorprenderme.

Bruselas Bruselas tiene una población de casi un millón de habitantes, y no sólo es la capital del país, sino también la de Europa, pues es la sede del Gobierno de la UE.

Es una ciudad cosmopolita, y posee mucho turismo, por lo que mis ventas en el ayuntamiento fueron muy buenas.

Mi estadía en Bélgica fue muy corta, porque el frío y las lluvias me obligaron a dirigirme hacia el sur; a buscar un poco de sol y lo más rápido posible.

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