Croacia

[:es]Arribo a CroaciaCon cielo nublado y algunas lloviznas ingresé a Croacia. Camino a Umag me detuve en una gasolinera y al conocer a Gaius me emocioné. Según me contó su tía croata de 108 años vivía en argentina, en un pequeño pueblo de Río Negro y hacía tan solo dos años, que por primera vez, ella había regresado a Croacia para conocer a los descendientes de su familia. Davor, al saber que yo era argentino me contó muy conmovido toda la historia de sus antepasados mientras sus ojos se le llenaron de lágrimas.

Según Davor, los croatas, una tribu eslava, emigraron en el siglo VI d.C. desde la Croacia Blanca, una región que pertenece hoy a Ucrania, hacia el valle inferior del río Danubio. Desde allí continuaron hacia el mar adriático y se establecieron en las ex provincias romanas. Pero a largo de la historia los croatas fueron invadidos y ocupados por el imperio Bizantino, por los húngaros, los turcos, los austriacos, los franceses y los alemanes.

Fue sólo en el inicio del siglo XX que líderes croatas, serbios y eslovenos organizaron la separación del imperio Austro-Húngaro y la unión con Serbia independiente. La derrota de Austria-Hungría en la primera guerra mundial aceleró la creación del reino yugoslavo en 1918. Pero al comenzar la segunda guerra mundial, Yugoslavia estaba dividida internamente y fue desmembrada fácilmente por Hitler en 1941.

En 1945 la resistencia liderada por Tito liberó al país del ejército ocupante, y proclamó la República Popular Federativa de Yugoslavia (con un régimen comunista) en la que Tito ejerció el poder hasta su muerte; primero como jefe de gobierno (1945-1953), y luego como presidente de la República (1953-1980). Finalmente en la década del 90, tras el colapso del comunismo en Europa oriental surgen las nuevas naciones de la ex Yugoslavia: Eslovenia, Croacia, Bosnia y Herzegovina, Serbia y Montenegro, y Macedonia pero con ellas también el inicio de nuevas guerras.

Según Davor, hoy la paz reina nuevamente, pero la mayoría de su gente todavía no puede olvidar.

Km 47.218

Durante mi estadía en Croacia conocí gente de diferentes regiones de la ex Yugoslavia, con los del norte, por su cercanía a Italia, nos entendíamos en italiano, y con los del sur en inglés. Pero en todos encontré un común denominador: su calidez y su simplicidad; y me sentí tan cómodo como con los rusos, cuando atravesé los países bálticos hace un año atrás.

Cuando llegué a Porec encontré dificultad para encontrar un lugar para hospedarme, debido al alto flujo de turismo existen departamentos para alquilar, pero ninguna alternativa barata para el viajero sin pretensiones. Por ello deambulé en vano más de una hora, bajo una fuerte lluvia y con el inicio de la noche. Y cuando creí que ya no encontraría lugar, me topé con Zarko, quien gentilmente me permitió hospedarme en uno de sus apartamentos a un precio muy accesible. Luego su madre me trajo comida. Y me sorprendí cuando en la mañana siguiente no me aceptaron el pago, porque también ellos querían contribuir de alguna manera con mi viaje.

Rovinj

Camino al sur por la península de Istra llegué a Rovinj, un pequeño pueblo de pescadores que se mezcla con un alto flujo de turismo, principalmente italianos, austriacos y alemanes. Por ello realicé algunas ventas aprovechando que la lluvia había parado.

Con Vito y amigosEn búsqueda de información para dejar la ciudad me detuve ante un hombre que tenía pelo largo y su barba blanca más larga que su melena. Y vaya que coincidencia, Vito era argentino, pero llevaba más de 30 años en el exterior. Jipi de profesión, como a él le gustaba llamarse, vivió en Italia durante muchos años, pero hoy Croacia era su nueva casa y su gente su nueva familia.

Finalmente el café y la charla que prometían ser por unos minutos se extendieron por tres días, y sus amigos croatas, bosnios y serbos pasaron a ser los míos.

Y el domingo salió el sol, habían pasado 7 días en los que llovió de forma ininterrumpida, y al fin pude retomar la ruta.

Camino a Split

PulaMi camino rumbo a Pula continuo sobre el mar; Croacia es un país de esplendida naturaleza, sus parques nacionales y sus costas que cuentan con más de mil islas se han convertido en uno de los lugares innovadores para el turismo europeo. Una vez en Pula visité el anfiteatro, uno de los tantos legados de los romanos y su gran imperio. Y sobre el atardecer me dirigí al camping, donde presencié una de las puestas de sol más bonitas de mi viaje, esta vez era sobre el mar Adriático.

Camino a Rijeka tuve que enfrentar el fuerte viento encontra y atravesar varias montañas, el clima frío que bajaba de los Balcanes era quien me indicaba que debía apresurarme y dirigirme lo antes posible hacia el sur. Por ello en Rijeka tomé un barco que me llevó a Split, una ciudad que nació a partir de la construcción del palacio del emperador romano en el año 293 d.C. Hoy la belleza de Split está protegida por la UNESCO, e inscrita en el Registro Cultural del Patrimonio Mundial.

Y desde allí partí nuevamente para Italia, mi destino era Ancona, de donde me dirigiría hacia Roma para continuar en dirección sur.

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