Oslo

Era fin de septiembre, el inicio del otoño, y aunque las temperaturas bajas ya habían comenzado, razón suficiente por la cual debía dirigirme en dirección sur; cambié mis planes y desde Copenhague tomé un barco rumbo a Oslo. Quizás ésta era mi única oportunidad de conocer la capital de Noruega porque no creía que algún otro día volvería por estas latitudes.

Puerto de OsloEl viaje duró 19 horas, aunque no era un simple barco sino un crucero de 12 pisos, con varios restaurantes y bares, cines, casino y discoteca.

Llegue a Oslo el día de mi cumpleaños, ya son 31. A mi desembarque al no tener muchas alternativas hacia donde dirigirme, opté por ir a la embajada Argentina. Y tuve suerte, el cónsul quien me recibió enseguida se puso en contacto con Juan Pablo, un chico argentino que llevaba 9 años viviendo en la capital.

Juan Pablo me recibió como un verdadero compatriota y no tardó en ubicarme, aconsejándome algunos lugares a visitar para mi corta estadía. Según me contaba, Oslo es la más antigua de las capitales escandinavas y aunque ocupa una gran extensión cuenta con tan sólo una población de 500.000 habitantes.

Los vikingos noruegos

VikingsskipshusetEn mi segundo día me dirigí al Vikingsskipshuset, uno de los principales museos vikingos, donde existen tres embarcaciones del siglo IX muy bien conservadas. Las tres fueron desenterradas de tumbas funerarias, según la tradición, a los ricos se les enterraba en barcos. La más grande era el dragón vikingo, la más rápida, que llevaba una gran vela rectangular y entre 24 y 50 remos. La vela se utilizaba en mar abierto y los navegantes se orientaban por las estrellas.

Entre los siglos VIII y XI los normandos (escandinavos) navegaban desde sus tierras hacia Europa. Los suecos se establecieron en el mar Báltico y controlaban la ruta terrestre al mar Negro, mientras que los daneses invadieron diversas zonas de Inglaterra y Francia. Pero según cuenta la historia ninguno superó en logros a los noruegos, cuyas hazañas pasaron a protagonizar numerosas leyendas vikingas.

Tras invadir las Órcadas, las islas Shetland, las Hébridas y parte de Irlanda, los noruegos establecieron distintas colonias en las islas Feroe, Islandia y Groenlandia e incluso llegaron hasta la costa de Norteamérica.

Los vikingos fueron sin duda alguna los europeos más temidos de su época. El temor a las invasiones vikingas unificó a muchas tribus y reinos distintos, formando muchos nuevos Estados políticos. Aunque también se cree que eran principalmente saqueadores, su mayor logro fue su gran capacidad colonizadora y comerciante.

A medida que me adentraba cada vez más en su historia se despertaba en mi una gran fascinación por este pueblo de navegadores, que se convirtieron en un verdadero amo y señor del mar.

Sobre el final de la tarde fui al parque del castillo Akershus donde conocí unos chicos de Etiopía y de Eritrea. Eran asilados políticos pero según me contaban ellos no superaban los 500, mientras que los de Pakistán, entre otros países, sumaban 30.000.

Luego me dirigí a la calle Karl Johans donde realicé algunas ventas para aumentar un poco mi presupuesto. Entre todas las ciudades europeas que visité, Oslo me parece una de las más caras, sólo la banderita de Noruega para agregarle a mi bicicleta me salió 7 euros, un kebab, (sándwich árabe) otros 7, y tras entrar en un kiosco descubrí porque en estos países escandinavos no hay muchos fumadores, un atado de cigarros de 10 cuesta casi 5 euros.

El paisaje de Noruega – Km 35.525

Con Juan PabloEn mi tercer día Juan Pablo me llevó de paseo. Pedaleamos algunos kilómetros hacia las afueras de la ciudad para llegar a un lago al que recorrimos durante unas horas. Según Juan Pablo el gran atractivo de Noruega son sus imponentes paisajes: grandes cadenas montañosas, valles fluviales, majestuosos glaciares, bosques verdes que encierran límpidos lagos y los espectaculares fiordos que recortan la costa oeste.

Por ello los noruegos son aficionados a las actividades al aire libre, como la pesca, senderismo, alpinismo y esquí. Muchas familias tienen una casita o cabaña en las montañas o en la costa.

Juan Pablo me contaba que en la capital las noches de verano se extienden desde las 23.30 hasta las 3.00 a.m., pero que en el norte, en el Círculo Polar Ártico durante algunos días el sol no se pone jamás. A este fenómeno se lo conoce como: “la aurora boreal o sol de medianoche”.

De la misma manera sucede en los largos inviernos, cuando por varios días, (también en el Círculo Polar Ártico), el sol no se levanta.

A lo largo de mi estadía por escandinava fueron varias las personas que me explicaban como esto influía en la conducta de la gente. El estado depresivo, el encierro y hasta la desesperación es un común denominador. Posiblemente una de las causas por la existe una de las más altas estadísticas de suicidio en el mundo.

Finalmente dejé Noruega en un barco de Stena Line, su oficina de Marketing me concedió un pasaje free, para continuar mi viaje. Mi próximo destino ahora era Reino Unido.

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