Por un refugiado Iraquí

RaifedConocí a Raifed durante mi estadía en Bahrain, en un tour que él me brindaba en la isla de Muharraq, al norte del Reino. Pero fue sólo al término de éste que supe que Raifed es uno de los 5 millones de refugiados Iraquíes. Por ello, le pedí de encontrarnos otro día, y que me cuente como está la situación en su país.

A los 18 años de edad, Raifed se presentó a un concurso y tras ser seleccionado fue enviado a Inglaterra donde se formó como piloto civil, y por ello dos años más tarde se transformó en el piloto más joven de su país, y comenzó a trabajar para la Iraquí Airlines. Pero tras el embargo económico impuesto a Irak al finalizar la primera guerra del Golfo, dejó de volar y pasó a trabajar como comerciante. Con la llegada de los norteamericanos en el 2003, perdió parte de su familia y por ello en el 2005 prefirió mudarse a Bahrain con sus 6 hijos y su esposa. “Era demasiado peligroso” me decía.

“Saddam tuvo cosas malas y cosas buenas, pero los norteamericanos siempre se encargaron de mostrar las malas. Ningún débil gobierna un país. En la era de Saddam había 0 % de no educados, todos sabían leer y escribir, y en el sector de la salud no faltaba nada. Pero desde 1991 el embargo, que impuesto por la ONU tenía como propósito acabar con el gobierno de Saddam sólo provocó la decadencia de la sociedad iraquí que era una de las más prósperas en Medio Oriente. El hambre y la pobreza castigaron fuertemente a los niños, mujeres y ancianos; y como consecuencia el número de muertos superó al millón, la mitad de ellos eran niños menores de cinco años. Según datos, durante el embargo en Irak uno de cada cuatro niños estaba desnutrido y la polio, que había sido erradicada en Medio Oriente, volvió a ser un hostigo; mientras que la diarrea era la principal causa de mortalidad infantil. El embargo también impidió a Irak reconstruir infraestructuras y así impulsar nuestra economía”, me decía en un tono cada vez mas alterado. “La mayoría de la población sólo podía subsistir con las ayudas alimentarías del Estado, porque las reservas de la gente se habían agotado. Acaso este embargo no fue un genocidio?”, me preguntó.

Yo guardé silencio, y casi sin respirar lo seguía escuchando y grabando sus declaraciones de impotencia: “En el año 2003 comenzó la destrucción de Irak otra vez, con la llegada de los americanos y toda su gloria. Parece que ellos no registran la historia muy bien, se creen que son más talentosos e inteligentes que nosotros, que ellos son perfectos y que nosotros no somos nada o indígenas; y ellos los Yankees. Este tipo de mentalidad es un mal que afecta a todo el mundo, ellos piensan que pueden aterrorizar a la gente por siempre, porque tienen bombas, aviones? Algún día lo van a pagar caro, nadie puede ser la víctima por siempre. Ellos no están utilizando el poder de la lógica, sino la lógica del poder.” Irak es un país con más de 7.000 años de historia, cuna de la civilización, Abraham era de aquí”, resaltaba en un tono que mostraba resentimiento.

Y seguía: “En el país ya hubo más de 1,5 millón de muertes, y ya son entre 4 y 5 millones de personas sin hogar, que están refugiados por todo el mundo, y todo por que? Por la obsesión de la democracia ¿Que es lo que la gente piensa? Que Irak es un lugar seguro ahora? ¡No, no lo es! Los que ahora están en el poder se muestran patrióticos, tratan de comprar a la gente dándole dinero o una u otra cosa, pero todos conocemos su historia y sus raíces. Ellos no pueden ser nuestros padres porque su DNA no es compatible con el nuestro. La mayoría de ellos no tienen sus raíces en nuestro país, y si en Persia, Irán o en cualquier otro lado, ellos no son iraquíes puros, no piensan en la gente; sólo en ellos mismos y en sus beneficios. Ellos han traído falsos certificados para formar parte del gobierno, antes no teníamos ni un solo empleado público con certificado falso, ahora todos llevan Master, Ph.D., Licenciaturas, hay miles de ellos.

“Antes teníamos militares que cuidaban por la seguridad del país, sin importar si eran del norte o del sur, del centro o del este, todos defendían Irak. Ahora cada uno de ellos solo se preocupa por su partido, porque cada partido tiene su milicia. Las autoridades ponen una milicia en la policía, otra en el ejército y así las legalizan, pero en el fondo son todas milicias, con su propia agenda, que sólo buscan beneficiarse por parte del gobierno; con armas o una u otra cosa, para apoyar a sus partidos, sin preocuparse por la gente. Por ello es que no podemos defender ninguna parte de nuestro país, los turcos se asientan en el norte, los iraníes en el este”, -“te refieres a los kurdos” le pregunto, “-si” me dice, “- ellos entran y salen libremente, nadie sabe lo que hacen, las fronteras están abiertas para cualquiera; todas las agencias de inteligencia trabajan libremente en Irak, todas las mafias, los traficantes de drogas y los que manejan la prostitución. Sucede lo mismo que sucedió en Albania o Azerbaiyán, con las sociedades que dejan el viejo régimen socialista para ingresar a la democracia con sus regimenes muy abiertos, abiertos para el que pague. El día de mañana también tendremos a los que serán los dueños de la mitad de Bagdad y que no son iraquíes; como en Dubai, Dubai no está en posesión de su Sheikh Mohammed bin Rashid Al Maktoum, sino de las compañías, todas esas torres, esos edificios, todas esas inversiones. Eso ya no es más un territorio o la tierra de la gente, sino tierra para quién paga más. Antes era nuestra tierra, la tierra para nuestros hijos y para nuestros nietos.

Esa es el cuestión: la lógica del poder, y no el poder de la lógica, cuantas más armas tengas, mas disparas, y si tu pierdes yo haré lo que quiero contigo, porque tu eres la víctima y yo el vencedor. Ésta es ahora la mentalidad, …la mentalidad de una selva.

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