Los conflictos de Sudán

Aunque ninguna de las partes ha logrado vencerse militarmente, la guerra entre el gobierno islámico del norte y los rebeldes cristianos del sur se ha cobrado el precio más alto: dos millones de muertos y más de cuatro millones de refugiados y desplazados.

Sudán tiene una población de 35 millones de habitantes, de los cuales más de la mitad son negros africanos. Pero el idioma oficial es el árabe y el 70% del total de la población es musulmán y ocupa el norte del país. En el sur existen más de 500 etnias que tienen más de 100 dialectos y practican religiones indígenas y también el cristianismo.

El país se independizó de Gran Bretaña en 1956 y, tras un período de paz comprendido entre 1971 y 1983, comenzó otra guerra, cuyo origen es el conflicto causado por la imposición del gobierno musulmán de la Sharia o la ley islámica en todo el país.

Aunque ninguna de las partes ha logrado vencerse militarmente, la guerra entre el gobierno islámico del norte y los rebeldes cristianos del sur se ha cobrado el precio más alto: dos millones de muertos como consecuencia de los combates, el hambre y las enfermedades, más cuatro millones de refugiados y desplazados.

Para muchos la Sharia es un sistema legalizado de discriminación e injusticia.

El sur es demasiado pobre: no hay infraestructura, ni caminos, ni educación; por eso la gente se marcha hacia el norte. Pero allí, la problemática de la pobreza se acentúa por otra clase de desigualdad, que tiene que ver con la religión. Para buscar trabajo, para mandar a sus hijos a la escuela, para recibir ayuda médica, comida o hasta para ser juzgado por la ley. Los no musulmanes tienen más problemas. Como un cristiano condenado a muerte que recibió la propuesta de convertirse al Islam para salvar su vida, pero éste lo rechazó.

La ley islámica justifica muchas cosas, entre ellas, la yihad o guerra santa: el hecho de combatir a los infieles en nombre de Dios. De acuerdo con Código Penal sudanés, si una mujer soltera queda embaraza, será castigada por haber mantenido relaciones sexuales ilegales (zina), y muchas veces la pena puede llegar a 100 azotes. Así sucedió con Mahasin Abaker Fadul, una joven de 15 años que por medio de su abogado, apeló fundándose en que por estar embarazada, no se hallaba en condiciones de ser azotada. Pero el Tribunal Supremo confirmó la pena.

Hoy, a más de 20 años de guerra, la presión internacional para acabar con el conflicto va en aumento. El Gobierno musulmán y los rebeldes cristianos están negociando por una abolición de la Sharia en el sur, aunque esto no les será sencillo.

Los rebeldes quieren independizarse, pero en los últimos años, en el país se descubrieron enormes yacimientos de petróleo, la mayor parte en el sur. Esto recrudeció la guerra civil, ya que el petróleo constituye un ingreso de mil millones de dólares anuales para el gobierno.

Alcanzar la paz en Sudán no será tarea fácil, pero los dos contendientes se han comprometido a lograrlo. Ojalá así sea.

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