Historia de Etiopia

Etiopía constituye uno de los estados más antiguos de África y del mundo. Axum y sus alrededores, al norte del país, fue el lugar donde se asentaron pueblos judíos, que se trasladaron desde Medio Oriente a través del río Nilo y de la península Arábica.

Etiopía constituye uno de los estados más antiguos de África y del mundo. Axum y sus alrededores, al norte del país, fue el lugar donde se asentaron pueblos judíos, que se trasladaron desde Medio Oriente a través del río Nilo y de la península Arábica.

Abisinia era el otro nombre con el que se denominaba a la región, que proviene de la gente de origen árabe, quienes también se asentaron en diferentes zonas del norte, hace más de 4.000 años.

Desde entonces son innumerables los momentos de la historia en que Etiopía aparece como uno de los estados más primitivos del mundo. Desde los escritos bíblicos que mencionan a la reina de Sheba, Makeda, en el siglo X a.C.; hasta el rico Reino de Axum, que desde el inicio de la era cristiana hasta avanzado el siglo VII, fue la principal potencia comercial, administrando tierras tan extensas que llegaban hasta la actual Yemen.

Con la expansión de los árabes, esta hegemonía comenzó a decaer y Etiopía, un reino cristiano, quedaría cercado por países de cultura musulmana. Cuando en el siglo XVI los portugueses entran en relación con el mítico rey Preste Juan, se encuentran con un país políticamente similar a los estados feudales europeos, con tres clases sociales muy definidas: la nobleza, la iglesia y el pueblo llano.

A finales del siglo XIX, tras un período de buenas relaciones entre el rey Menelik II y las potencias europeas, Italia intenta ocupar el territorio, pero un muy organizado ejército etíope llevó a los italianos a una de las principales derrotas sufridas por un ejército nacional europeo. A tal punto que en la batalla de Dogal los invasores perdieron a 4.000 hombres de la tropa de 10.000 que llevaban.

De esta manera, fue Menelik II el creador de la actual Etiopía. Durante su mandato (1889-1913), que coincidió con la disputa de los países europeos por la máxima ocupación de tierras africanas, se lanzó a la misma carrera, pero dedicándose a la conquista de tierras en torno a su Estado.

En aquel entonces, la actual Etiopía estaba formada por diferentes reinos y estados independientes, o por tierras habitadas por innumerables naciones sin Estado. Menelik II consiguió dominar todos estos territorios mediante acuerdos o tras crueles guerras. Como consecuencia, quedaron cientos de miles de muertos y poblaciones sometidas a la esclavitud. Finalmente, pactó con el Reino Unido, entonces la otra potencia de la región, el respeto mutuo a las fronteras acordadas.

Gran parte del siglo XX estuvo marcada por el Emperador Haile Selassie. Durante su mandato (1930-1974) Etiopía sufrió la ocupación Italiana (1936-1941) del gobierno de Mussolini.

En 1962, Etiopía incorporó la colonia italiana (Eritrea), que antes formaba parte de su territorio, consiguiendo de esta manera tener acceso al mar. Sin embargo, no logró mantener durante mucho tiempo la utilización de los puertos eritreos, ya que desde el principio los movimientos eritreos de resistencia a tal ocupación impidieron mantener el control efectivo sobre los mismos.

Hoy Etiopía es una República federal democrática y divide su territorio en 9 estados, diferenciados según su composición étnica y a pesar de que cada uno de ellos tiene el derecho de autodeterminación, muchos reclaman su independencia pasada y aún siguen definiéndose como países colonizados.

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