Nuestro siguiente destino fue McLeod Ganj, uno de los principales puntos turísticos de la provincia Himachal Pradesh. McLeod Ganj es la residencia del XIV Dalai Lama y por ello un importante centro de estudio del budismo y de la cultura tibetana, donde se ofrecen cursos principalmente de meditación y de filosofía budista pero también de masajes, de pintura y hasta de cocina. En Gangchen Kyishong, la localidad vecina a McLeod se encuentra la sede del gobierno tibetano en exilio y el Instituto de medicina y astrología tibetano, fundado por el Dalai Lama en 1961.
Durante nuestra estadía visitamos el complejo Tsuglagkhang, que está formado por la residencia oficial del Dalai Lama, el monasterio Namgyal, el Museo del Tíbet y el templo Tsuglagkhang.
Según nos explicaron, los Dalai Lama son la manifestación de Avalokitesvara, el Buda de la Compasión quien escogió renacer para servir a la humanidad. Tenzin Giatso, el actual Dalai Lama, es el jefe espiritual de todos los seguidores del budismo tibetano o lamaísmo, y por ello también patrono del Tíbet. Sin embargo, muchos países lamaístas como Bután y Mongolia también tienen líderes locales (electos de forma similar al Dalai Lama y considerados la encarnación de deidades) que representan parte de la estructura administrativa de todo el budismo tibetano a nivel mundial. Al morir cada Dalai Lama, los monjes (lamas) del Monasterio Amarillo designan a su siguiente reencarnación en un niño de corta edad, interpretando una serie de signos de acuerdo a su religión. En el período entre la muerte de un Lama y la mayoría de edad del siguiente, el Monasterio ejerce directamente el poder designando a un tutor, al tiempo que se ocupa de la educación del futuro jefe.
Recorriendo el complejo Tsuglagkhang visitamos el monasterio Namgyal, el monasterio personal del Dalai Lama que tiene la función de mantener las prácticas de rituales y enseñanzas de las cuatro líneas del Budismo Tibetano. Según nos explicaron el Monasterio es especialmente privilegiado y honrado por desempeñar anualmente las ceremonias establecidas por los sucesivos Dalai Lama, para los beneficios temporales y espirituales del Tíbet y de su gente, y para su prosperidad y la paz en el mundo en general. En la actualidad el monasterio tiene cerca de 200 monjes y novicios que son ocupados en estudiar los principales textos de Sutras (discursos dados por Buda o alguno de sus discípulos más próximos) y Tantra Budistas (tradiciones esotéricas que enseñan a utilizar el deseo transformándolo como sendero hacia la realización). También los monjes persiguen los estudios modernos de ambas lenguas, tibetana e inglés.
Luego nos dirigimos al templo Tsuglagkhang que estaba lleno de monjes y que es para los exiliados tibetanos el equivalente al templo de Jokhang, el más famoso de los templos budistas en Lhasa. Éste tiene una estatua dorada de 3 metros de Buda, y a sus lados, imágenes de Avalokistesvara y de Padmashambava conocido también como Gurú Rinpoche, el maestro sabio indio del siglo VIII d.C. que introdujo el Budismo tántrico en Tíbet y a quién la escuela nyingmapa lo considera un segundo Buda. El templo, al igual que toda la ciudad tiene una infinidad de banderas de oración, que son mantras escritos que con el soplar del viento son esparcidos como bendición para toda la comunidad; y que con su desgaste recuerdan que la vida es perecedera y que todo acaba, para volver a renacer, trasmutar y evolucionar nuevamente, por ello según la tradición en el inicio del año tibetano suelen cambiarse por otras.
Durante los últimos días en McLeod Ganj visitamos el Tsechokling Gompa, construido en 1987 en sustitución del original Dip Tse Chokling Gompa de Tíbet, destruido durante la revolución cultural. Allí existe una pequeña comunidad de monjes de la orden Gelukpa de quien presenciamos el rezo matinal, que consiste en cantar pasajes de las sacras escrituras acompañados del sonido de címbalos, tambores y cuernos tibetanos.
También visitamos el museo del Tíbet que cuenta la trágica historia de la ocupación China y del consecuente éxodo de tibetanos, mediante fotografías, entrevistas y videos documentales. Fue en el año 1949 que Tíbet, un reino autónomo gobernado por la dinastía religiosa de los Dalai Lama fue invadido por el ejército Chino para “Liberar al pueblo tibetano”. Desde entonces se calcula que la ocupación china de Tíbet se ha cobrado 1,2 millones de vidas y ha forzado al exilio a 200.000 personas. También más de 6.000 monasterios, templos y otras construcciones culturales e históricas se han destruido y saqueado, es decir, el 90 % de su inmenso patrimonio cultural. El museo también cuenta como en marzo de 1959 el Dalai Lama con un puñado de tibetanos a pie y disfrazados de campesinos cruzaron el Himalaya, durante casi dos semanas.
Cuando dejé el museo caminé en silencio por un rato, pensativo, reflexionando. Así, una vez más noté como el imperio británico mediante sus colonias está presente en la historia de tantos países. También aquí estuvo forzando tratados comerciales y firmando acuerdos con China, acerca del Tíbet.
Y recordé los acuerdos de explotación del petróleo que hizo el imperio británico con Irán a inicios del siglo XX. Me preguntaba como la excusa de “liberar al pueblo” puede avalar semejante masacre. Con la misma frase, los norte-americanos y los ingleses invadieron Irak. “Es la lógica del poder, y no el poder de la lógica”, me dijo un día Raifed, el refugiado iraquí que conocí en Bahrain.
En Serbia, Slobodan me explicó los motivos de la guerra de la ex Yugoslavia y de Kosovo: “Nuestro sistema económico no encajaba ni con Europa ni con Norteamérica y por ello alentaron a los grupos separatistas para que explote la guerra; en tanto la guerra de Kosovo no fue más que un nuevo colonialismo encubierto mediante una falsa diplomacia “misionera” con intereses corporativos, militares y prepotentes de la política exterior norteamericana y de todos sus secuaces”.
Sentí indignación. Aquellos líderes solo han tenido intereses capitalistas e imperialistas.
Visitar el museo de Tíbet me resulto chocante y triste.